Agnes Martin pensaba que para hacer una obra no era necesario un objeto. Dejar fluir la línea en el silencio de la armónica paz interna que buscaba, aquietando la mente en la ausencia del ruido, logrando ser la obra del silencio.

Inspirado en ello, los sentimientos que son el lenguaje del cuerpo y el pensamiento como el lenguaje del cerebro, recreo in vitro estas obras “Homenaje a Agnes Martin” a su búsqueda constante de la serenidad. Expreso en estas obras digitales la sublimidad que el momento de mi historia me sugiere, en honra humilde, sin pretensiones, sí con gran admiración.